Tarde fresca pero buena para el fútbol en un terreno húmedo, perfecto para jugar.
Mermados de efectivos ambos equipos, pero el plantel visitante era bastante mejor que el local, sobre todo la línea de extremos, y bien pronto se notó pues no logramos pasar de medio campo hasta pasados 10 minutos, asediados por un Monasterio que tuvo varias oportunidades y en media hora ya se había puesto 0-2, aprovechando los desajustes defensivos del Racing, incapaz de ordenar una línea de fuera de juego mínimamente visible.
Monasterio siguió jugando y el Racing perdiendo más fuerzas en hablar que en echarle ganas.
Aun así Monasterio no tuvo más ocasiones claras y el Racing, a través de Cristian, pegó un larguero y después fue incapaz de marcar casi a puerta vacía. Y esta fue la única ocasión local en todo el partido.
La segunda parte fue parecida, con un Racing incapaz y un Monasterio muy animado, dominando todas las facetas del juego, en todas las líneas.
A falta de 15 minutos el árbitro anuló a Mario un gran gol de cabeza (por supuesto fuera de juego, aunque yo tengo mis dudas) y casi al final Monasterio hizo el tercero, pese a que el balón pudo salir previamente por línea de fondo (así lo protestó nuestro portero, pero yo no pude apreciarlo bien y supongo que el árbitro tampoco); algo intrascendente en cualquier caso, más allá de maquillar el resultado.
Arbitraje correcto, con buen tono, aunque al final repartió más tarjetas de las necesarias, creo yo, pues en todo momento fue un partido limpio, porque así lo querían ambos equipos y eso se nota.
Felicitar a Monasterio, porque se lo mereció y se desquita el mal sabor de boca del 1-2 que les hicimos en la ida.
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